En la pantalla extradiegética se ven
imágenes de la catedral de París en llamas.
—
Profesor, es horrible, se ha
quemado.
—
El techo.
—
Y la aguja.
—
La reharán.
—
¿Te da igual?
— Claro que no, es un
edificio bellísimo, y es triste que lo bello se queme. Pero la reharán.
—
¿Profesor?
—
¿Sí?
—
Si tan seguro estás de que la
reharán, ¿por qué pareces tan preocupado?
—
Por las consecuencias.
—
¿?
—
Con independencia de las investigaciones,
de los datos y de la mismísima verdad, unos se arrogarán la autoría y llamarán
a la movilización. Otros, con independencia de las investigaciones, de los
datos y de la mismísima verdad, se sentirán atacados y llamarán a la movilización.
Nunca como ahora ha importado tan poco la verdad. Ahora solo importan las
oportunidades.
—
La Guerra Santa.
—
Y la Cruzada.
—
Dios…
—
Sí, eso.
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