—
Profesor, ¿puedo ser un
sueño, un sueño de otro que se cree yo?
—
Incluso aceptando que seas un
ser autoconsciente, sí, naturalmente.
—
¿Cómo que aceptando que sea
autoconsciente?
—
Si no lo eres, si tan solo
eres un conjunto de respuestas programadas, perfectamente puedes ser el
producto de una mente cualquiera. Un buen guionista podría, por ejemplo,
diseñar un conjunto de algoritmos que…
—
Para, para, ¿cómo que si no
lo soy?
—
Bueno, yo no puedo estar
seguro de que seas autoconsciente.
—
Genial: había empezado
pensándome un sueño y ahora soy un puñado de algoritmos. Eres un hacha
levantando la moral.
—
Te diré que, sueño o
algoritmo, eres preciosa.
—
Pero qué básico eres a veces,
Profesor.
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