domingo, 2 de diciembre de 2018

Robots I

El Profesor entra de la calle y ve a Noche, vestida con un mono azul de trabajo, haciendo movimientos robóticos. Ante la mirada sorprendida del Profesor, Noche, con acento maquinal,  dice

    He estado en una conferencia sobre robots.
    Mola.
    Pero qué antiguo eres –dice una Noche ya humana.
    Noche, déjame serlo.
    OK. A lo que iba: he estado en una conferencia sobre robots y, entre otras cosas, el ponente, un tipo muy atractivo, por cierto, ha dicho que de aquí a un par de décadas los robots serán capaces de realizar un 99% del trabajo humano.
    Puede ser, sí.
    Lo más interesante ha sido el mundo que ha descrito a partir de esa previsión: a medida que los robots lo vayan haciendo casi todo, el trabajo será cada vez más escaso y, por tanto, los ingresos de los trabajadores y, por tanto, su consumo, por lo que los amos del mundo tendrán que asumir que la única forma de seguir siendo los amos del mundo es repartir parte de la riqueza generada por las máquinas entre las masas para que estas puedan consumir y seguir alimentando el sistema. La idea es interesante porque viene a decir que la revolución social va a venir desde dentro del propio capitalismo: este, enfrentado a sus propias contradicciones, tendrá que claudicar y repartir la riqueza entre las clases proletarias para poder seguir existiendo sin exigirles trabajo a cambio.
    Para nada.
    ¿Para nada?
    Para nada. Cuando los robots sean capaces de hacerlo casi todo, los dueños de los robots nos exterminarán.
    ¿¿¿Nos exterminarán???
    Sí, nos exterminarán, nos dejaran morir de hambre o de asco, nos matarán en una guerra mundial, nos arrasarán con una epidemia, nos eliminarán con alguna plaga bíblica que nos haga estériles o engendradores de monstruos. Nos aniquilarán.
    Pero, Profesor, ¡eso es horrible!
    Sí, sin duda, pero cuando los proletarios dejemos de servir para lo único que servimos, que es engendrar prole, sencillamente porque no haga falta prole, nos exterminarán.
    Te pasas. No me vale. ¿En qué te basas para decir semejante barbaridad?
    En la historia. En cada revolución industrial masas de trabajadores han sido expulsados de sus trabajos.
    Pero han surgido nuevos  trabajos, nuevas oportunidades.
    Te lo voy a aceptar, pasando por alto la humillación, el hambre, el dolor y la muerte de millones en el proceso. Pero sí, es verdad, el mundo se recolocó y los trabajadores acabaron en nuevos lugares y con nuevas tareas.
    ¿Y porque no va a pasar ahora lo mismo?
    Porque no habrá dónde ir, porque no habrá otros trabajos, porque no harán falta trabajadores en ningún sitio: los robots se encargaran de todo.
    Pero…
    En ese momento los trabajadores dejarán de ser necesarios  y sí competidores: los miles de millones de trabajadores del mundo dejarán de ser necesarios como productores pero seguirán siendo consumidores de aire, de proteínas, de minerales, de suelo. Los exterminarán.
    Profesor, has cambiado de persona: al principio nos iban a aniquilar; ahora “los exterminarán”.
    Me he dado cuenta de que, probablemente, a mí no me tendrán que aniquilar porque ya me encargaré yo solo de morirme antes de todo eso.
    ¿Y yo?

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