martes, 1 de enero de 2019

Bombones y champán

Noche está tirada en el sofá, arrebujada en una manta y oliendo a jabón. El Profesor está sentado en su mesa de dibujante y la contempla enmarcada en la viñeta rectangular que la débil luz del día proyecta a través de la ventana y que solo deja en la penumbra sus pies, que sobresalen seductores por debajo de la manta, y el brazo izquierdo, que cuelga hasta el suelo, donde el dorso de la mano se apoya con suave tangencia.

Noche abre de golpe los ojos, se despereza, mira al Profesor, le sonríe como si todas las mañanas del mundo hubiesen tomado conciencia en ese mismo instante y dice

    ¿Ese desayuno?

El Profesor desaparece para volver enseguida, ante la mirada sorprendida de Noche, con una caja de bombones, dos copas y una botella de champán.

    Profesor, ¿ya no está de moda el café?

El Profesor deja la bandeja en el suelo, se sienta en él y le ofrece a Noche un bombón que recibe directamente en su boca. Al morderlo se libera un dulce licor que la sorprende. Con gesto socarrón, Noche le ofrece a su vez un chocolate al Profesor. Después, éste descorcha la botella de Champán, llena las copas y le tiende una a Noche. Brindan sin palabras y beben. Entonces el Profesor saca un pequeño libro y lee

    El alba vuelca sus rosas en la copa del cielo... En el aire de cristal se desgrana el canto del último ruiseñor... El aroma del vino es más suave... ¡Y pensar que hay insensatos que en esta misma hora sueñan con riquezas y distinciones! ¡Qué sedosa es tu cabellera, amada mía! 

    Más.

    Cuando la brisa matinal entreabre las rosas y les dice que ya las violetas desplegaron su espléndido ropaje, sólo es digno de vivir quien contempla a una joven dormida, coge su copa, la apura, y la arroja después.

    Más.

    Ese vapor sutil que envuelve las rosas, ¿es una voluta de perfume o el débil amparo que les dejó la bruma? Tu cabellera, caída sobre tu rostro, ¿es la noche que tus miradas van a disipar? ¡Despierta, amada mía, el sol dora nuestras copas! ¡Bebamos!

    Más.



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Los versos son Rubayat de Omar Jayyam.

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