En medio del salón, Noche aparece sentada con
la espalda perfectamente alineada con el respaldo de una silla Mackintosh. Justo enfrente, el Profesor intenta
encontrar la postura en una silla Eames. Dice Noche
—
Tengo que dibujar el
arquetipo de silla.
El Profesor levanta las cejas y suelta una carcajada.
— Sí, ríete —dice Noche—, pero es verdad: tengo que dibujar el arquetipo de silla: es lo que dice el encargo.
—
¿Y cómo lo llevas?
—
He buscado en internet
cientos de imágenes de sillas, he leído montones de definiciones, he localizado
obras de arte relacionadas con las sillas…
—
Habrás encontrado esa en la
que al lado de una silla se puede leer su definición…
—
… incluida la de la silla que
viene acompañada de su definición. He eliminado todo lo accesorio, lo
decorativo, lo circunstancial…
—
Y te ha quedado la silla de
Van Gogh.
—
Qué va: tengo un problema con las patas.
—
¿Perdón?
—
Tengo claro que una silla
debe tener respaldo, porque si no sería un taburete, pero, ¿debe tener patas?
—
Se me ocurre que al menos
una…
—
¿Y un asiento con un
dispositivo antigravitatorio?
—
Serviría para sentarse, desde
luego…
—
Pues resulta que una
compañera lingüista me ha dicho que sin patas una silla no es una silla.
El Profesor pone su cara de pensar. Tras unos segundos se levanta, se va a la librería y vuelve con un grueso volumen titulado Monthy Python. Tras una breve búsqueda, lee:
— Silla: ‘trozo de suelo levantado’.
—
Wow.
—
Ahí lo tienes.
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