Noche lleva una camiseta con un corazón roto estampado en rojo sobre fondo negro. Hojea en la tableta páginas turísticas de París, de Laponia, del Mato Grosso. De pronto pregunta
—
¿Me quieres?
—
Claro.
—
¿Te parece esa una contestación?
—
No sé contestar de otra
manera cuando me preguntas algo que sabes.
—
A veces hay que explicitar lo
implícito, renovar eso que se supone que sabemos, decir en voz alta lo obvio…
El Profesor se sienta en el sofá al lado de
Noche. Coge un mando a distancia y se pone a teclear. En la pantalla
extradiegética se ven listados de carpetas que se abren en subcarpetas que se
abren en subcarpetas. Por fin el cursor se fija en King Crimson Starless. Entonces la música empieza a sonar. Al poco,
las lágrimas resbalan por las mejillas del Profesor.
Noche le coge de la mano y dice
—
Profesor, lo entiendo. Yo
también te quiero.
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