—
“I've seen things you people wouldn't
believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams
glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in
time, like tears in rain. Time to die.”
—
Te lo sabes.
—
Es uno de los momentos más
gloriosos de la literatura universal.
—
Sabes que las dos últimas
frases son del actor, de Rutger Hauer.
—
Sí, lo cual le convierten en
uno de los mayores autores de la literatura universal.
—
Te noto hoy algo hiperbólica.
—
¿Se puede decir más con
menos?
—
No, desde luego, pero
tildarlo de literatura...
—
Define.
—
¿Perdón?
—
Es lo que tú dices cuando
quieres romper el saque: “define”. Pues eso te pido yo ahora, que definas literatura para saber si el monólogo de
Hauer es literatura o no.
—
Es interesante, pero tan solo
es una frase afortunada: la literatura es algo más.
—
Dime una frase que sea algo
más que afortunada.
—
“Ser o no ser, esa es la…”.
—
¿Te das cuenta? Es una
simpleza. Ser o no ser, existir o no existir, ya ves qué cosa, el eterno
dilema.
—
Pero hay que decirlo.
—
Claro que sí, pero Roy, el
replicante, no se limita a soltar una perogrullada. En un puñado de frases
define el yo y explica lo que significa existir: liga la vida con la memoria, y
de paso nos hace envidiar una vida plena de experiencias extraordinarias. No sé
qué cojones son los rayos c, pero debió ser alucinante.
—
Noche, eso nunca ocurrió.
—
Ya lo sé, Profesor, pero, en
serio: ¿no tuvo que ser alucinante?
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