domingo, 4 de noviembre de 2018

Los hombres, tan solos

Noche está leyendo en el sillón de orejas y el Profesor escribe en el ordenador.

Dice Noche

    Pobres.
    ¿Qué lees?
    Nietzsche. Más allá del bien y del mal —contesta Noche mostrándole la portada del libro.
    ¿Y quiénes son los “pobres”?
    Nietzsche, y tú, y todos los hombres de la cultura occidental desde hace siglos, quizá todos los hombres desde la última glaciación, siempre tan solos, siempre buscando a la mujer pero dejando que sea vuestro pene el que os guíe en la búsqueda. Qué solos estáis, es increíble, pobres.
    Yo no estoy solo, no en el sentido que dices: hay mujeres en mi vida, tengo amigas, buenas amigas. Tengo a Luisa. Te tengo a ti.
    No sois todos iguales, pero todos tenéis un problema, sobre todo si os gustamos, ¿o no? —dice Noche mientras se sienta sobre el profesor a horcajadas, acaricia sus sienes con el dorso de sus muñecas y le da un beso con sus labios cerrados en forma de o.

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