viernes, 25 de enero de 2019

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El Profesor se ha quedado dormido en el sillón. Su mano izquierda aún sujeta el Bhagavad-gita. En la pantalla extradiegética se ve a Noche vestida de negro de pies a cabeza con un mono ajustado y cerrado hasta el cuello. Está tocando la flauta travesera, que brilla como un horizonte de plata. Se apoya únicamente en la pierna izquierda mientras mantiene la derecha levantada y doblada para apoyar el pie de esta en la corva de aquella.

De pronto nuevos brazos surgen de su espalda y se abren a su alrededor en abanico llenando con su movimiento toda la imagen con los colores del arco iris.

Los pares suplementarios de brazos danzan, independientes y ondulantes, al ritmo de la música de Noche, que sigue tocando.

El Profesor se despierta. Noche dice

    Soñabas.
    Sí.
    Seguro que conmigo.
    En realidad, con Krishna.

Noche junta en vertical las palmas de sus manos, cruza en perpendicular una pierna por delante de la otra, flexiona la rodilla, inclina levemente la cabeza y sonríe.




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