El Profesor se ha quedado dormido en el
sillón. Su mano izquierda aún sujeta el
Bhagavad-gita. En la pantalla
extradiegética se ve a Noche vestida de negro de pies a
cabeza con un mono ajustado y cerrado hasta el cuello. Está tocando la flauta
travesera, que brilla como un horizonte de plata. Se apoya únicamente en la
pierna izquierda mientras mantiene la derecha levantada y doblada para apoyar
el pie de esta en la corva de aquella.
De pronto nuevos brazos surgen de su
espalda y se abren a su alrededor en abanico llenando con su movimiento toda la
imagen con los colores del arco iris.
Los pares suplementarios de brazos danzan,
independientes y ondulantes, al ritmo de la música de Noche, que sigue tocando.
El Profesor se despierta. Noche dice
—
Soñabas.
—
Sí.
—
Seguro que conmigo.
—
En realidad, con Krishna.
Noche junta en vertical las palmas de sus
manos, cruza en perpendicular una pierna por delante de la otra, flexiona la
rodilla, inclina levemente la cabeza y sonríe.
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