—
Pues yo creo que la idea de
Proust si tiene sentido. Pienso en ese tiempo del que siempre hablas que solo
es presente. Normalmente vivimos proyectados hacia delante y hacia atrás,
aplastados por los recuerdos, asustados por las expectativas, descolocados.
Pero la obra de arte puede borrar la sensación de cambio con su intensidad, con
sus emociones, con sus evocaciones, puede hacernos vivir el instante como si
fuese el único, haciéndonos sentir que no hay nada más. Quizá el arte sea el
único modo de superar la ilusión del transcurso, la única forma de vivir de
verdad el ahora.
—
El arte no congela el tiempo,
tan solo nos lo muestra desnudo.
—
Exacto: el arte nos brinda la
vivencia intemporal, la experiencia estática, desvela el único tiempo
verdadero.
—
¿Te das cuenta de todas las
místicas que se han derivado de experiencias así?
—
Sí.
—
Interesante. ¿Un vino?
—
Dale.
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