jueves, 7 de febrero de 2019

Juventud

Noche está en el sillón de orejas. Lleva puestas las gafas y lee Una muerte muy dulce de Simone de Beauvoir. El Profesor entra de la calle. Viste deportivas, vaqueros blancos y una sudadera negra con capucha y la palabra Harvard estampada en el pecho en letras grises. Saluda.

    Hola.

Noche le inspecciona de arriba abajo. Dice

    ¿Sabes, Profesor? Te rejuvenezco.
    Lo sé. Pero yo te hago mayor.
    ¿Y qué tiene eso de malo?
    Siento como si te robase juventud.
    No me la robas: es un regalo.
    Es demasiado.
    Tómatelo como una transfusión.
    Ahora me siento como un vampiro.
    No estaría mal. ¿Sabes lo que le hacen los vampiros a sus víctimas?
    ¿Matarlas?
    O darles la inmortalidad, según el caso.
    ¿Eso hago?
    Bueno, para eso tendrías que morderme en el cuello. ¿Por qué no pruebas, Profesor? —dice Noche ofreciendo su cuello desnudo.
    Noche, no empieces…
    Venga, Profesor, muérdeme, a ver qué pasa: tómatelo como un experimento…




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