Noche, vestida con su mono de pintar,
pinta. Mira al Profesor y le dice
—
¿Qué lees?
—
El héroe de nuestro tiempo, de
Lérmontov.
—
Menudo hijo de puta.
—
¿Lérmontov?
—
Él no lo sé, pero su
personaje es para matarlo.
—
¿Pena de muerte?
—
No te pongas estupendo
conmigo.
—
De acuerdo, te concedo que es
un cínico, pero, las cosas que dice, ¿no son ciertas?
—
No importa lo que dice, lo
que importa es lo que hace.
—
¿Eres de esas?
—
¿Qué esas?
—
O de esos. Quiero decir que
si eres de quienes le dan más importancia a lo que se hace que a lo que se
dice.
—
Somos lo que hacemos, no lo
que decimos.
—
Borra entonces el 90% de
todo, de la literatura, de la filosofía, del arte.
—
Quizá va siendo el momento.
—
También yo me puedo ir por el
desagüe.
Noche rodea el caballete, se planta delante del Profesor, le señala con el pincel y le pregunta
— ¿Qué has hecho, Profesor?
—
Prefiero no contártelo.
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