Noche y el Profesor están viendo Irma la dulce. Vemos y escuchamos cómo
llaman Lolita a la prostituta que
lleva unas gafas con los cristales en forma de corazón. El Profesor para la
película.
—
Profesor, ¿qué pasa?
—
Acaban de llamar Lolita a la chica de las gafas de
corazones.
—
Sí, ¿y?
—
No tiene sentido.
—
¿Qué no tiene sentido?
—
La cronología.
El Profesor se va hasta el ordenador y empieza a teclear.
— Profesor, si me dices lo que quieres saber a lo mejor…
—
Los años.
—
¿Los años?
—
De producción de Irma la dulce y Lolita.
—
Lolita, 1962. Irma la dulce, 1963.
—
No puede ser. ¿Te los sabes?
—
¿Cómo que no puede ser? ¿Dudas de mi memoria?
—
No es eso, es que una es tan
moderna y la otra tan antigua que…
—
Profesor, ¿cuándo las viste
por primera vez?
—
Irma la dulce de crío, en la
televisión, en casa. Lolita en la
universidad: lo recuerdo porque fue en un ciclo de…
—
Ahí lo tienes: has impuesto
tu cronología personal a la cronología real. Y tu creencia en el progreso, por
cierto: por eso la compleja Lolita
tiene que ir después de la naíf Irma.
Pero no: Lolita es de 1962 e Irma la dulce de 1963.
El Profesor se queda callado, pensativo. Noche le deja procesar. Pasados unos segundos, le dice
— Profesor, ¿sabes lo más gracioso? Pues que Lolita nunca llevó las dichosas gafas de corazón, ni en la novela ni en la película.
Tras otro silencio, no tan largo como el
anterior, el Profesor dice
—
Kubrick es dios.
—
Amén —confirma Noche.
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