domingo, 16 de junio de 2019

Sudor

Noche viste un top y unos leggins deportivos y se dedica, en medio del salón, a hacer lo que parecen estiramientos. El Profesor, en el sillón de orejas, la mira. 

    Profesor, me estás poniendo nerviosa.
    Perdóname, no pensaba que te molestara que…
    No, si no me molesta que me mires: lo que me molesta es que estés ahí sin hacer nada.  ¿Por qué no te cambias y estiras conmigo?
    No.
    ¿Por qué?
    Para los que no creemos en el tiempo los sacrificios no tienen sentido. Por ejemplo, hacer ejercicio: cuando crees en el tiempo y en la continuidad del yo, ese absurdo que consiste en cansarte adrede cobra sentido por los presuntos beneficios futuros. Pero, si no creo en el futuro, si no creo que este que soy vaya más allá del instante presente, ¿por qué sudar?
    Nunca jamás había escuchado una excusa tan absurda.
    No es una excusa, es honestidad intelectual: vivo como pienso.
    Pues serás el único.
    Kant tampoco sudaba.
    ¿Nunca?
    Nunca.
    Otro soso.

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