miércoles, 10 de julio de 2019

El conjunto de Mandelbrot

Noche, para variar, no trabaja en su caballete, sino en la mesa de dibujo que, por una vez, hace de mesa de dibujo. El Profesor está en el sillón de orejas, sin hacer nada. Evidentemente aburrido, dice

    Noche, ¿qué haces?
    Dibujo.
    Genial. Vamos a avanzar un poco más: ¿qué dibujas?
    Un encargo: el conjunto de Mandelbrot.
    No puedes.
    ¿Perdón?
    Quiero decir que no se puede dibujar el conjunto de Mandelbrot. Se dice que es el objeto matemático más complejo que existe y si se dice es porque su complejidad es infinita: no importa el zoom que le apliques: a cada nivel mostrará más y más detalles de una complejidad extraordinaria. Todas las gráficas de ordenador muestran aproximaciones parciales del conjunto, pero nunca su totalidad en toda su perfección.
    Pues justo eso es lo que estoy haciendo, mostrarlo en su perfecta totalidad.
    Noche, no puedes.
    Hay  muchos lenguajes, querido.

El Profesor se levanta aparentando cansancio, se acerca hasta la mesa de dibujo y mira por encima del hombro de Noche. Poco a poco su gesto se vuelve concentrado. Después, feliz. Por fin, dice

    Noche, lo has hecho, es… es el conjunto de Mandelbrot en su perfecta…
    Lo sé —dice Noche. Entonces cierra los ojos, deja caer su cabeza hacia atrás y la apoya en el pecho del Profesor.

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