domingo, 28 de julio de 2019

La noche de la iguana

La película de Huston acaba de terminar. En la pantalla extradiegética se ve la imagen fija de los protagonistas. Noche no sabe qué decir y dice

    Vaya.
    Sí.
    Se lo queda Ava.
    Sí.
    Vaya trofeo.
    Sí, un despojo.
    Sin embargo, todas querían cazarlo…
    Como a la iguana —apunta el Profesor.
    … aunque, sí te fijas, cada una le quiere para una cosa distinta: la heredera adolescente para domarlo; la voluptuosa dueña del hotel para cuidarlo y la virginal pintora para salvarlo.
    Pero la pintora renuncia.
    Porque sabe que el tipo no tiene salvación.
    El mensaje de la película es un poco extraño, ¿no? Parece como si el valor del hombre fuese precisamente ser un desastre.
    Para mujeres fuertes sí. ¿Qué haría cualquiera de ellas con un hombre seguro de sí mismo, con un triunfador?
    Ya.
    Vaya asquito —dice Noche mientras simula un gesto de repelús.
Se quedan es silencio. Noche mira de reojo al Profesor que, muy serio, mira a ningún sitio. Entonces le dice
    Cariño, tú eres del tipo desastre.
   
   
    Qué alivio.

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