Noche viste camiseta negra de tirantes y
pareo florido, calza unas sandalias romanas y va tocada con una gran pamela.
Parece ocultarse tras unas enormes gafas de sol y cuelga de su hombro un gran
bolso de silicona naranja. Desde el centro del salón le pregunta al Profesor,
que lee en el sillón de orejas
—
¿Cuándo te vas con Lorenzo?
—
A primeros.
—
¿Tenéis algún plan? Digo
aparte de poneros ciegos a gewurztraminer.
— Lorenzo quiere aprender a programar y me he brindado a ayudarle.
Yo quiero escribir algo sobre ateísmo y él se ha brindado a criticarme.
—
Detecto cierto sarcasmo.
—
En absoluto: la crítica es
más valiosa que la ayuda: pone a prueba los conceptos, los precisa y…
—
¿Y para divertiros?
—
Pues eso, aprender a
programar y escribir un libro sobre…
—
Vosotros sí que sabéis
montároslo.
— También está el gewurztraminer, claro.
—
Claro.
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