domingo, 6 de octubre de 2019

Bifurcaciones III

Noche acaricia al gato del vecino, que ronronea en su regazo. Dice

    Profesor, ¿tú crees que el gato toma decisiones?

El Profesor, que está escribiendo en el portátil, contesta de inmediato

    Pues claro: en eso consiste estar vivo.
    Pero, ¿sufre al tomarlas?
    No creo: las reacciones instintivas deben bastarle en la mayoría de las ocasiones para dirigir su acción.
    Eso pensaba… Pero, entonces, ¿por qué a nosotros nos cuesta tanto tomarlas?
    Por nuestra imaginación. Somos capaces de construir relatos. Para los gatos solo hay una vida, pero nosotros nos imaginamos otras vidas. Lo de tener que elegir es el regalo envenenado de tener mentes narrativas.
    Vaya mierda.
    Es lo que hay.

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