Noche, sentada en el sofá, acaricia al gato
del vecino. El Profesor, que la observa desde el sillón de orejas, sonríe y
dice
—
Ayer me encontré con el vecino
y me dijo el nombre del gato.
—
¿Sí? ¿Cuál es?
—
Schrödinger.
—
Qué genial...
Noche se queda pensativa unos minutos. Entonces dice
— El gato de Schrödinger vive o muere según el azar cuántico, según se emita o no un fotón con cierta probabilidad. Su futuro no viene determinado por el pasado, sino por el puro azar.
— Sí, también lo he pensado, pero eso no invalida tu idea. Si acaso, hace del futuro algo más divertido.
—
Caótico, diría yo.
—
Como el pasado, si lo
piensas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario