El Profesor escribe. B
parece pensar, aunque quizá tan solo recuerde. Noche está leyendo en el sofá un volumen de seiscientas
cincuenta y dos páginas. De pronto, pregunta
—
¿El puzzle más difícil?
—
Uno lleno de flores o, peor,
uno con mucho cielo o…
—
El que es completamente
blanco.
—
Qué bueno.
—
Lo acabo de leer aquí, en La vida instrucciones de uso.
En esto, B levanta su bastón. Noche y el Profesor
se miran sorprendidos. B pregunta con voz algo atiplada
—
¿El laberinto más cruel?
—
No sé: una vez escribí sobre
un laberinto que se desarrollaba en el tiempo y…
—
El desierto —interrumpe B.
—
Wow!
—
Lo recuerdo —asegura el
Profesor—: eso es de…
—
Para-para-para: ¿esto va a
salir en tus diálogos?—interrumpe ahora Noche.
—
Pudiera ser...
—
Entonces que lo busquen
ellos.
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