El Profesor hace clics
con el ratón. Noche lleva una camiseta negra en la que se pueden
leer en una nube palabras como Stendhal, Baroja, Nabokov, Borges, Goytisolo…
Entonces va y dice
—
Profesor, no escribes.
—
No.
—
¿Por qué?
—
No tengo nada que decir.
—
Siempre tienes algo que
decir.
—
Quiero decir que no tengo
nada que decir que merezca la pena ser dicho.
—
Todo lo que dices merece la
pena…
—
Quiero decir que merezca el esfuerzo de ser dicho.
Noche se queda pensando durante unos
segundos.
—
Profesor, ¿qué merecería la
pena?
—
Escribir algo capaz de
cambiar el mundo.
—
Eso nunca ha pasado: nunca
las palabras han cambiado el mundo.
—
Discrepo.
—
En cualquier caso, hoy eso es
imposible.
—
En eso sí estoy de acuerdo:
por eso no escribo.
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