—
B no está.
—
No.
—
¿Te has preguntado dónde está
B cuando no está aquí?
—
La verdad es que siempre
parece estar en otro sitio.
—
Sí, así es el tipo, pero yo
no hablo de cuando está aquí pero parece estar en otro sitio, digo cuando
realmente no está, cuando realmente está en otro sitio. ¿Qué sitio es ese?
¿Dónde está?
—
¿En su casa? —pregunta
sarcástico el Profesor.
—
No sé nada de que tenga una
casa.
—
Aunque no sepas es lo normal
pensar que tiene una… Pero, oye, ¿no era amigo de tu familia?
—
Sí, pero hacía lo que aquí:
simplemente aparecía.
—
O desaparecía.
—
Aunque nunca del todo.
—
Es curioso que digas eso…
—
¿Por qué?
—
Porque cuando hablamos de él
cambiamos el tono, como si estuviera.
—
No es el tono.
—
¿No?
—
Son las palabras. En
presencia de B las usamos de otra manera —explica Noche.
—
O en su ausencia.
—
Es que nunca está ausente del
todo y por eso…
—
Ya.
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