Noche calma al Profesor, que se ve agitado.
Pasados unos segundos, más tranquilo, dice
—
Por un momento me he olvidado
de nosotros.
—
Muy bonito.
—
No, no te lo tomes a broma.
Por un momento he olvidado esto, este lugar, nosotros, a B, los libros, el sofá
y el sillón de orejas, lo he olvidado todo, te he olvidado a ti.
—
¿Y?
—
¿Cómo que y?
—
Sí, que si habías olvidado
todo esto, ¿qué eras?, ¿quién eras?, ¿dónde estabas?
—
Estaba ocupado, haciendo
cosas, trabajando…
—
Pero ¿quién eras?
—
En realidad no era nadie, tan
solo era uno que trabajaba, uno que hacía…
—
Cariño, te has soñado
enajenado.
—
Ha sido horrible.
—
Si quisieras,
yo sé cómo quitarte la tontería.
—
No
te aproveches.
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