martes, 26 de octubre de 2021

El regalo

En el suelo se ve un trozo de papel de regalo rasgado, una caja de cartón y una hoja de plástico de burbujas. Encima de la mesa baja descansa un disco cristalino de unos cuarenta centímetros de diámetro y un par de centímetros de grosor. Noche y el Profesor están sentados en el sofá, frente al disco.

    ¿Me has traído una bandeja?
    Lo parece, pero es algo más. Es un amplificador de sueños.
    ¿Perdón?
    Bueno, aunque lo llaman así en realidad no es eso…
    Ya me parecía a mí.
    … sino un visualizador de recuerdos, de pensamientos y también de sueños, naturalmente, si los recuerdas. Cuando le coges el tranquillo y aprendes a concentrarte, el aparato puede visualizar incluso sensaciones.
    Pero eso es fantástico, ¿no?
    Sí, desde luego. Vamos a probarlo.
    ¿Lleva pilas?
    No: funciona con el calor de las manos. Mira.

El Profesor pone los dedos sobre el cristal. Casi inmediatamente el centro del círculo se ilumina y surge de él una nube de destellos, de chispas. En la nube se adivina una imagen. Esta gana rápidamente nitidez y se puede ver al Profesor en una habitación con vistas al mar. Está mirando por un catalejo a través de la ventana, quizá algún lugar de la playa cercana. La escena se deshace en destellos para fundirse lentamente en otra que muestra la orilla de la playa. En la arena mojada se aprecian unas pisadas que salen del mar. Con cada nueva ola las pisadas se desdibujan un poco hasta que, por fin, desaparecen. La imagen se disuelve entonces en destellos y estos son absorbidos por el cristal.

    Wow.
    Sí —contesta el Profesor con gesto cansado.
    ¿Un sueño?
    Sí. Recurrente.

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