En la pantalla extradiegética se ven imágenes estáticas que se suceden a ritmo de parpadeo: un astronauta flotando en el espacio con la Tierra reflejada en el visor; gente buscando entre los escombros de una casa destruida; una nadadora con gorro nadando en una piscina vista desde abajo; una pizarra llena de ecuaciones tensoriales; un zorro rojo con un gazapo en la boca; un parque con columpios y toboganes y niños chillando; un laboratorio llenos de retortas, matraces, serpentines de cristal y mecheros bunsen; la Philharmonie de Berlín abarrotada; un enfermo intubado en un box de cuidados intensivos; el Naranco de Bulnes asomando por encima de las nubes; un gran salón de paredes tapizadas en rojo con varias personas practicando sexo en mobiliario estilo imperio; la sibila délfica de la Capilla Sixtina y su mirada despavorida; la catedral de Notre Dame en llamas vista desde dentro; Ignatz a punto de tirarle un ladrillo a Krazy Kat…
Noche, que hasta ahora parecía absorta en
el televisor, dice
Noche apaga
la pantalla con el mando, mira al Profesor y dice
—
A veces pienso que no somos
otra cosa.
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