martes, 14 de diciembre de 2021

Formas originarias del arte

Noche y el Profesor hojean juntos un pequeño pero grueso volumen. En la pantalla extradiegética aparecen fotografías de Karl Blossfeldt: el retoño de acónito, los zarcillos de nuez blanca, la hoja joven de aspidistra...

    ¿No te recuerdan a Giger?
    Noche, ves aliens por todos sitios.
    Fíjate bien.

El Profesor pone cara de concentrarse, aunque pronto relaja el gesto, levanta las cejas y dice

    Bien mirado...
    Míralo así —dice Noche—: si Giger hace biología con lo mecánico, Blossfeldt hace mecánica con lo biológico. Sus imágenes son frías, estáticas, en blanco y negro. Convierte las plantas en máquinas. Frutos, bayas, ramas, hojas, semillas… —dice Noche mientras señala distintas fotografías—,  ¿no te parecen piezas de un mecanismo? Les quita el color, el movimiento, joder, si hasta parece que les quita el jugo. No hay biología. Solo deja la forma. Por eso parece que estamos viendo por primera vez lo que hemos visto mil veces.

El Profesor, sin mover la cabeza, mira de reojo a Noche. De vuelta al libro, dice

    ¿No salían imágenes de estas en la publicidad de…?
    Ni lo menciones —comenta Noche con evidente irritación.


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