martes, 11 de enero de 2022

Noche abrumada

El Profesor entra de la calle y se encuentra a Noche hecha un ovillo en el sofá, sollozando. Se sienta a su lado, le acaricia el pelo y dice

    ¿Qué te pasa?
   
    Noche, ¿qué te pasa?

El Profesor la coge de la mano, pero Noche la aparta. Le mira, pero no parece reconocerle. Por fin, tras una larga exhalación, es ella quien le coge la mano a él y se pone a hablar.

    Profesor, estoy abrumada, estoy dolorida, tumefacta. Sí, eso es: estoy hinchada. Me siento embotada. Tanta crueldad… es que no puedo soportarlo. Es horrible, espantoso. La vida me asfixia. No sé qué hacer. La injusticia… es tan salvaje, tan absurda. Ir en metro es vivir un esperpento, una sátira ciberpunk escrita por Valle-Inclán. En cada viaje encuentras una imagen más grotesca que la anterior. ¿Cuánto de humano queda en nosotros? ¿Somos humanos? Estoy exhausta.

Tras unos segundos de silencio, el Profesor dice

    Tienes razón: la vida es un asco. El dolor empapa el mundo. Y todo apunta a que el futuro va a ser peor. Somos individualistas, cortoplacistas y estúpidos. Una plaga de ocho mil millones de individuos que infecta el planeta. No me cabe duda de que lo más sensato es el suicidio.

Noche abre la boca como para decir algo, pero no lo hace. El Profesor sigue hablando.

    Por otro lado, no hay prisa. El suicidio es una opción, pero, mientras nos lo pensamos, podemos bailar. Con los pies o con la cabeza podemos escarbar entre la basura y buscar algo de la belleza que se esconde por ahí y vivir esos momentos fulgurantes y efímeros que nos hacen sentir durante un instante que todo está bien. Es mentira, por supuesto, aunque no del todo, porque durante esos momentos sin tiempo no existe nada que no sea ese puñado de neuronas que somos chisporroteando en la nada.

Noche mira al Profesor, frunce el ceño y dice 

    Me estás ofreciendo esperanza.
    No: te estoy ofreciendo destellos, fuegos de artificio, todo lo que tenemos.
    ¿Y es suficiente?
    Cada día me lo pregunto.
   
   
    Profesor…
    ¿Sí?
    ¿Bailas?

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