El Profesor anda enfangado con el ordenador. En la pantalla extradiegética se ven ecuaciones paramétricas. Noche lee en la tableta. De pronto lo hace en voz alta.
—
La vejez no es otra cosa que esclerosis
emocional. Es difícil adaptarse a las nuevas condiciones, romper viejas rutinas
y adoptar nuevas. Por cansancio, por falta de inteligencia, por demasiado
conocimiento. Cuando vuelves a ese viejo lugar de vacaciones quieres que las
cosas pasen igual, pero nunca pasan igual, entre otras cosas porque las
expectativas, viciadas por lo ya vivido, exigen un mínimo por debajo del cual
todo se hace intolerable. Entonces sobreviene la decepción, que se vuelve
crónica, porque las experiencias no se repiten, porque nunca transitamos los
mismos estados mentales, porque nunca nada es como antes.
—
Qué cosas lees —dice el
Profesor.
—
Es muy triste.
—
Sí, pero cierto. Desde luego,
quien lo escribió sabía lo que se decía. ¿De quién es?
—
Tuyo.
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