martes, 15 de marzo de 2022

Sobre el abismo

El Profesor está sentado en el sofá y tiene los dedos posados en el amplificador de sueños. Noche entra de la calle, se desprende de la impedimenta y se sienta al lado del Profesor. Sobre el cilindro de cristal solo se ve bruma.

    Lo recordarás: en los dibujos animados era habitual que un personaje, tras una huida desesperada, se pasara de frenada, superara el borde de un acantilado y se encontrara de pronto flotando en el vacío. Era como si la gravedad tardase un tiempo en hacer efecto. El personaje en cuestión seguía allí durante unos instantes moviendo sus piernas a toda velocidad como si aquello pudiera demorar lo inevitable. Lo interesante es que esos instantes preciosos eran suficientes para que el personaje tomase conciencia de su trágica situación. Solo entonces, cuando su rostro mostraba que sabía perfectamente lo que le iba a pasar, la gravedad entraba en acción y el personaje caía en el abismo.
    Entiendo que es una metáfora —dice Noche.
    Sí.
    Y… el que cae, ¿eres tú?
    ¿Yo? Ah, ya, yo no…, sí, la verdad es que podría ser.
    ¿Entonces?
    Yo estaba pensando en el mundo.


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