Noche está en el sillón de orejas leyendo las últimas páginas de un libro. Cuando termina, le enseña la portada al Profesor, que está en el sofá repasando el viaje de los argonautas.
—
Profesor, este libro…
—
¿Sí?
—
Tras una breve biografía de Humphrey
Bogart incluye sinopsis de sus películas, pero están mal. Es como si el autor
no las hubiese visto, o las contara de memoria muchos años después de haberlas
visto, o como si fuese el último del juego del teléfono escacharrado o yo qué
sé. De verdad, no lo entiendo.
—
Las sinopsis, ¿tienen
sentido?
—
¿Perdón?
—
¿Son coherentes o absurdas?
—
Son perfectamente coherentes.
Lo que pasa es que no coincide con lo que realmente pasa en las películas. ¿Por
qué?
—
Se me ha ocurrido que si fueran
absurdas pudieran ser el resultado de una traducción automática o algo así.
Pero si son coherentes, la explicación es obvia.
—
¿?
—
El libro procede de un
universo alternativo.
Noche deja el libro en la mesa, se sienta al lado del Profesor y dice
—
¿Y se puede saber cómo ha
llegado un libro de una realidad alternativa a tu biblioteca?
—
Recuerdo cuando compré ese
libro. Fue en un mercadillo de libros de segunda mano.
—
¿Y
—
Pues que esos mercadillos,
como las librerías de saldo, son la entrada a este universo de material
procedente de realidades alternativas.
Noche desaparece para volver segundos después con dos copas y una botella de vino. Mientras descorcha la botella dice
— ¿Sabes?, hoy me vale.
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