Noche tiene delante un pequeño barreño lleno de agua jabonosa. Mete dentro un alambre con un extremo con forma de aro, lo saca, sopla al aro y montones de burbujas llenan la habitación.
Entonces va y dice
—
He leído que el tiempo, como
la energía, está cuantificado. De alguna manera, la realidad parpadea, aunque a
un ritmo incomparablemente más rápido que el nuestro.
—
Así es.
—
La pregunta entonces es: ¿qué
ocurre entre instante e instante de tiempo?
—
Es difícil dar una…
—
No, si sé la respuesta: no se
trata de que haya huecos ni saltos: lo que ocurre es que por debajo de cierta
medida, el espacio-tiempo se vuelve espumoso. Pero es que no entiendo que es un
espacio-tiempo espumoso.
—
Ni tú ni nadie.
Noche pone cara de pensar y sigue con ella
cuando vuelve a meter el alambre en el agua jabonosa, aunque se le estropea
cuando sopla para producir una nueva sarta de burbujas. Dice entonces,. muy seria
—
¿Será que la cosa se pone
resbaladiza?
—
Será —contesta el Profesor,
sonriendo.
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