En el centro del salón está el velador con dos velitas, el sashimi, la cubitera con una botella de vino blanco, los cuenquitos con la salsa… Noche y el Profesor están sentados uno enfrente del otro. El Profesor juega con los palillos, pero no come. Dice
—
Nunca lo hubiese pensado. ¿Yo
soy tu sueño?
—
Sí.
—
No lo entiendo. ¿Tu sueño es
un tipo mayor y amargado?
—
Jóvenes optimistas y fornidos
tengo los que quiera. Necesitaba otra cosa.
—
¿Y lo del sexo?
—
Supongo que un poco de
complejo de Electra siempre queda.
—
¡Dios! ¿He hecho de
padre?
—
Nunca... salvo, quizá, en la
cosa del sexo…
—
Pues ahora podríamos…
—
Ahora es tarde, Profesor.
—
Ya.
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