Noche cierra los ojos y pone cara de concentración. El Profesor coge la copa con el cuidado que pondría al levantar un recipiente de material radioactivo, se la acerca a los labios lentamente, como si temiera que el vino estuviera envenenado, decanta algo de líquido en su boca y dice con satisfacción
—
Ah, esto es otra cosa.
—
Qué borrachuzo me has salido
—
¿No es eso un estereotipo? Lo
de borrachuzo digo.
—
Es posible: intelectual, algo
amargado, pelín alcohólico…
—
Así dicho no sueno muy atractivo.
—
Es verdad, pero piensa la
alternativa: ¿idiota, feliz, abstemio?
—
Tiene que haber gente que
haya dado con la clave para ser inteligente y feliz.
—
No crees eso.
—
Es verdad, no lo creo
—confiesa el Profesor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario